domingo, 29 de diciembre de 2019

Oficio de poseídos

Vi estas entrevistas. Me llamó la atención qué tan táctiles eran estos hombres. Ninguno parece un genio y todos trabajaron como demonios desde niños. 
Poseídos por las letras, los llamaría. Ellas hicieron de ellos cuanto les permitieron sus humanas facultades, creo. 
Cuando escucho a escritores del montón vanaglorisarse horas enteras por la forma en que construyeron novelas y cuentos, siento pena y vergúenza. 
Comparados, Borges y Rulfo, sobre todo, aunque también a su manera Cortázar, son incapaces de explicar lo que produjeron. El mexicano llega al colmo y casi no puede decir palabra. 
A cambio, Juan Villoro se toma dos horas y tanto explicando Pedro Páramo, inventándolo a modo. ¿Le daría de nalgadas el jalicience?  

  

sábado, 14 de diciembre de 2019

Juegos. Mr. y Silvita

Debía escribir sobre el "barrio elegante por antonomasia" y no tengo ganas, Tic. Mi Mr. y nuestra Silvita se ponen necios. 
¿Jugamos? (¿Hay que pedir perdón por ella cuando se acompaña con antiguos, jóvenes amigos, jeje?)
Después sigo, ¿si?
De la penúltima va la letra traducida literalmente:
"Ha pasado tanto, tanto tiempo
Desde que nos amamos y nuestros corazones fueron sinceros
Una vez, durante un breve día, yo fui el hombre para ti.

Anoche te escuché hablando en sueños
Diciendo cosas que no deberías decir
Oh nena, algún día podrías tener que ir a la cárcel.

¿Hay un lugar al que podamos ir?
¿Hay alguien que podamos ver?
Tal vez, es igual para ti lo que es para mí.

No he visto a mi familia en veinte años
Esto no es fácil de entender
Pueden estar muertos ya
Perdí su pisada después que ellos perdieron sus tierras.

Menéalo nena, muévete y grita
Sabes de qué se trata todo esto
De todos modos, ¿Qué estás haciendo ahí fuera en el sol?
¿No sabes que el sol puede quemarte el cerebro?

Mi enemigo se estrelló contra el polvo
https://www.coveralia.com/letras-traducidas/long-and-wasted-years-bob-dylan.php
Se detuvo en seco sobresaltado y perdió su lujuria
Estaba muy agotado y hecho pedazos
Murió en la vergüenza, tenía un corazón de hierro.

Uso lentes oscuros para cubrir mis ojos
Hay secretos en ellos que no puedo disfrazar
Vuelve nena, si alguna vez herí tus sentimientos me disculpo.

Dos trenes corren lado a lado
Cuarenta kilómetros, por la la línea del este
Tú no tienes que ir, yo voy hacia ti, porque eres mi amiga.

Creo que cuando me pusieron de espaldas
Todo el mundo detrás mío se incendió
Ha pasado bastante desde que caminamos por ese largo pasillo hacia el altar.

Lloramos en esa mañana fría y helada
Lloramos porque nuestras almas fueron desgarradas
Demasiado por estas lágrimas, demasiado por estos largos años desperdiciados. "





jueves, 3 de octubre de 2019

Carta a las y los hermanitos

Tienen ustedes una gran variedad de edades, hermanitas y hermanitos, y con algunos trato muy poco o nada.
Me apena usarme como personaje en estos cuadernos donde se me puede reconocer y no. A cambio, creo, nos represento en tanto universo. 
Necesitaba emprenderlos -a ellos, no a sus señorías (jejeemos)- porque la supervivencia emocional cuesta trabajo, haciendo al paso un nombre que permitiriera sostear el futuro económico, pues solo sé leer y medio escribir.
Somos mayorías, incluído desde luego mi propio abuelo, firmante del telegrama anexo en ¿Cómo no sentirse pequeño?, semifalso título, queda claro ahora. 
Imposible enlistarlos, compañeritxs -urge que se resuelva la discusión sobre géneros, ¿verdad?-. Doy unos cuantos nombres: Juan, Sally, Encarna, X y Z observados por Sam, Tenkswatawa, doña Marta, Agustín, Jesús, Mtra. Leng, Mal nombrada, Roberta, Ce, Raúl, niño en mi fotografía de perfil, recién parido anoche y a quien recibo tontamente.  
Si resumiera mi historia con cierta corrección encontraríamos lo obvio: intraducibles años y años.
Disculpen, pues, la vanidad forzosa de quien ha de vivir entre luminarias, así alumbren apenas y lo abomine.  
       

martes, 24 de septiembre de 2019

C o La pieza oculta

Entre las mujeres que me formaron está C y la recuerdo al llegar adonde debía evitarse según el sentido común, que no bastaba ahora: un hotel de paso, embebecidos. 
En mí puede entenderse, S y E, leyendo lo que escribí sobre Ana o el encuentro de Simón y su gente o el primer viaje con Juan. 
Como sea, tan poco masculino, la masculinidad me cae encima de súbito por una feminidad que en Ella lucha. 
Es bellísima y pelea también contra el destino previsto por ello. Eso nos reúne en una transgresión que durará un momento pues no hay futuro, y no me refiero al imposible "nuestro" sino al de cada quien a solas. 
-Nadie jamás como C y yo para una y otro -pienso entonces. -Tanto, que las palabras entre nosotros sobran. 
De pura sensación hechos, un miércoles desbordamos los límites y borracho de libertad el sábado disfruto los extremos entre celosos vigilantes. Nuestras miradas a hurtadillas son gloria eterna y C resplandece, Virgen, sé hoy, adorando al padre y al hijo, una sola sustancia que a su vez la reverencia en traje campesino, pues eso soy, hombre del pueblo en iluminación.
Enseguida y por las mismas causas estuve cerca de perder la razón. Ella no recordaba nuestra aventura, seguro, y sí lo que la llevó a mí, cuando con treinta y tantos años murió en circunstancias inexplicables.
-0-
-¿Te formó? -preguntaría extrañada su mejor amiga, en caso de leerme. 
Sí. En semanas hicimos el tránsito entre la ella que concedía a todo pedido mío, al pleno dominio por parte suya, hasta aburrirla, creo. Yo aprendía: solo la pasión sin cotos conduce a nuestras cicatrices profundas, resplandeciendo. 
No volví a ser el mismo cuando nos separamos naturalmente.
-¿En serio? -seguiría su amiga.
Desde luego que no, debo responderle, aprovechando. Exagero para revalorar momentos con mucho de estupidez. Empecé haciéndolo en otra viñeta (a la cual vendría bien sumar Demonios, que es más o menos justa):
Declarándome vencido dejo el camino que sube a La Loma, para cortar hacia la barriada en lo hondo. Estoy tan solo como imaginarse pueda y dimensiono la soberbia que cometí aceptando un encargo insensato. 
Dos meses atrás la reunión mariposeaba hasta producir arcadas, pero eran tan hermosas nuestras compañeras.
-Anda.
-Tú puedes.
-Piensa en lo orgullosas que nos sentiremos.
Así decían a su manera con C por delante, quien quizá estimaba su particular importancia, pues había en ella una semi silenciosa procura cuya supuesta incondicionalidad me recordaba a Ana (todo condicionado, ¿observan?).
No existe, pendiente abajo en la Loma, parte de un todo al cual ahora desprecio, y tardaré en dirigirme lo que despepite cuando un discurso moralino nos use a ella y a mí.
-Aquí las parejas estables sobreviven gracias a como imperceptibles amores platónicos -echaría en cara.
Luego Simón y sus compañeros, expliqué a ustedes, nietos, permitirían librar unos meses ese infierno cuyo presencia bajo los pies gustaba recordar Nabor. Y C, hasta aquí oculta. 
Descubrí el refugio perfecto y me siguió. Un maravilloso combo redondeaba la lóbrega atmósfera alcohólica frecuentada por judiciales y pronto repetía lo que para nosotros se volvió un himno. 
Iba a convertirme en padre sin planearlo. Qué importaba, si nada mejor podía desear.
-Lo voy a querer mucho -decía C disparatamente en las jornadas de hoteles.
Todo era así entre ambos, todavía después de al dizque azar descubrirnos ante los demás.
Nos quisimos como dos seres a cuya insuperable, súbita soledad entre muchos le bastaba un buen pretexto: su belleza, mi aparente carisma -¿todos lo son?
No tuvimos sexo placentero con certeza y más contaba la simple comunión, nuestras lánguidas miradas, el arrebol, los cuartos que vivíendo a lo furtivo eran continuación de autos, atmósferas alcohólicas, barrios obreros, caminatas con rumbo presunto.
Te quieros y te adoros volaban para certificar eso que luego negaríamos, y con nosotros los demás: el amor sin futuro y así urgente por partida doble.
Pocas veces fui tan hermoso.          

Me gustaría, Mr. II

Hay un Me gustaría, Mr. primero.

Tengo mil cosas buenísimas que compartir de usted y salgo con lo primero a mano, poco representativo, sin duda.
Es pretexto para continuar, comenzando por sus casas, a las cuales eché un ojo accidentalmente. Es natural que tenga esos palacios pues ganó dinero a carretadas, así no quisiera, y por fuerza me decepcionan. Para uno sigue usted carretera arriba y abajo y descubrir desde donde aparece en los conciertos... Espere, digo tonterías, si a casi pura gira se la trae todavía a sus setenta y ocho, obviamente durmió en cualquier lado menos en Malibú o la campiña escocesa.
Cada vez más sus hispanohablantes fans resultamos de risa loca. Lo que no significa reconocernos inferiores. Seguro hay muchos cuya vida vuececencia envidiaría, sentimentalmente, pongamos, y no por estable, claro. Sobre el sexo ya nos presumió y acá entre nos estoy convencido alardeaba o ni siquiera eso, viviendo en una burbuja.
Valen sus canciones, la gira tras gira, el proceso creativo. Lo demás, al modo de las mansiones, motos, ectcétera, importa nada -¿o sí, Mr. Jones?
Está diciédoselo quien hace un momento escribió:
Y sin embargo, se mueve
El del título no es nuestro círculo terráqueo, como dicen que dijo aquel y tal vez no, sino, obvio, yo, mi monotema, bien chingón, modestamente, ya se sabe, y hoy hasta la madre -dejen dejárselas juir tantito- por -ya- su -a omnímodo nadie me gana (no, pues no)- deleznable correción lingüística. 
Fiénse que vienen valiéndome gorro, culeros, ustedes llegados aquí y cuantos hay en el susodicho -planeta, entiéndese-. Escribo para la posteridad, goeyes -menudos bueyes, si por algo los cornudos son representación-, postrada a mis pies siglos ha -todo lo que se me relaciona vale múltiples tantos comunes, por solo existir, pieza perfecta.
-0-
¿Ve? Lo suyo, lo mío, da igual. Eso que se escucha gracias al video, no. Ni el siguiente
Realmente he intentado retarlo, Mr. Y no, no hay cómo. Bueno, si comparamos nuestras vidas a lo largo voy de gane, incluso con sus sesiones para grabar, que son mi mayor envidia.
Lea La pieza que ocultaba.
  

¿SIGUE?    
      

sábado, 7 de septiembre de 2019

Segunda patria


Tenía cinco años cuando Pinillas, el simpático tío con halo de aventura que todos deben tener, me llevó a un partido. Dejo para otro día la mañana capaz de asomarse a mi infancia y al país citadino contemporáneo, y me concentro en la cosita asombrada por todo: el aboroto de los ríos en camino, el gigante que aparece, el inconcebible tumulto en el inconcebible túnel, el pasmoso universo vuelto sobre sí...
Un segundo tío salta a la cancha en uniforme del Asturias, el estruendo se pronuncia en contra con banderas azulgrana, y entre el expresivo sube y baja anímico es cada vez más inutil el empeño de Pinillas por azuzarme a la afiliación familiar... en el momento más importante de mi vida. 
Cuánto me empeñé en que el espectáculo cuya mecánica no entendía conservara el flujo de ola creciendo contra mi identidad. Te salvarás, prometía y cumplió tras eternos noventa minutos, con el estruendo entre el que me conducía el apesumbrado tío. La sombra bronce de la calle, por un momento convertida en brillo, se jactaba: Asturias 2, Atlante 4. Con eso tenía para azotar a gusto el ceceo de mis condiscípulos, el derecho a la azotea, a su espléndida vista y cuanto en adelante quisiera de una realidad sin parpadeos.
Acompañado por mi Potro de Hierro hice los diarios paseos a solas en bicicleta descubriendo la ciudad que se agotaba tras la ciudad, o en camiones al Centro donde los siglos parecían un parlanchín avispero. (-No te pases de verga- dice mi esquizo. -Es neta, buey -le contesto. -Ésta, pendejo -responde agarrándose nuestra gloriosa riata-, y a hablar así no nos enseñó el estadio. -Ahí te buscan -lo distraigo y sigo mamando.)
Montado en él me arrimé a los barrios campesinos convertidos en obreros y fui un buen criador legándolo a mis chamacos.
-0-

Te pasaste de romántica primer siglo XIX mexicano, viñetita. Apestas a cursi, pues.

domingo, 28 de julio de 2019

Mi mix

Hay cientos de notas ahora ocultas.

En 2015 el Big Brother correspondiente obligó a rehacer los blogs. ¿Cuándo desaparecerán plataformas como esta? Pronto, seguro.

Mi mix llama Youtube a lo que selecciona para el usuario. 
Tengo uno propio en la computadora, hecho hace años con cds, acetatos, cassettes, y aquí titulé Juegos a los envíos musicales a N, hijo de mi amita, que parecieran formar otro y son algo distinto.  
¿Una probadita, Tic? Empezaría con Dylan, claro. Algo muy socorrido, como Sad eted lady... o Forever young. Salto a Glenn Gould gesticulando, pues hay mucho en los cuadernos. Estos días están para Byrds, de Neyl Young, y no tiene caso pues también anda muy cerca. 
¿Lo que siempre te dedico?

Naturalmente debería ir enseguida algo de My Favorite Things, de Coltraine, o Mingus o... y a cambio
Baaba Maal es obligado, en su repetición número mil
No faltará, desde luego -¡sin video pederasta, por fa jjj
Y luego
Ya que aseguro que es una de las grandes rolas roqueras...
Necesariamente una compuesta por el señor
Cubanos hay millones. Don Rubén está a mano
La maravilla -una, pues- de don Chico
Y el Zita en su más doloroso acento, para no alargar esto

La que prueba cuanto importa desde dónde canta, Mr., o su quién o cómo andar. ¿En verdad estaba molesto? Yo escucho un agradecido paso por el mundo, gustándose con sí mismo. O al Tamborilero al cual seguir.


 

 

Pongo lo que el azar del día encuentra

Debería ser la famosa gira concebida como un circo que en cada lugar cambiaba de troupe. 

Qué latoso es, Mr. (Va por la versión.)

 


 


 

miércoles, 3 de julio de 2019

Tocados


Uno, dos, tres por mí y todos mis compañeros. Millones que, demudados, andrajosos, vamos por ahí pidiendo cinco minutos de reconocimiento, por vivir y ya... ni más ni menos.
-0-
Tocados se llamaba el juego a que los niños nos dábamos cuando las calles parecían nuestras. Dos equipos se pereguian entre sí inmovilizando a quienes alcanzaban, para liberarlos luego con ese grito.

viernes, 14 de junio de 2019

La del clóset


Tiro por viaje canto a la Sra. Melancolía, que está buenísima: caderas para controlar mareas, muslos de bronce y aceite, trompa gruesa y oferente, pechos de concha de panadería con puntas respingaditas, morena toda ella.
Porque en los salones que frecuento la madame con su aire de desmayo, la melena en tormenta y el elegante vestido negro gritando Cien manos acaban de trabajarme sin resistencia, luce como ninguna entre apetitos que se desbocan.
En secreto reconozco, sin embargo, que parte del día lo paso del talle de Doña Felicidad. El más mínimo pretexto la saca del closet donde la buena educación le ordena estar. Y pa qué es más que la mera verdad: sobre la mesa, en el piso, al borde del lavadero, en el primer resquicio del callejón o donde quiera que la tome, sus carnes de gloria se licúan, anuncio de eternidad.

jueves, 30 de mayo de 2019

M


Hasta el psiquiátrico, decía la nota que una mañana dejé en el limpiaparabrisas de su auto. No exageraba.

Nos buscamos sin conocernos, los iniciáticos encuentros entre la gente fueron intención pura y la primera noche juntos me dejó muy claro cuán pájaro sin mesura podía volverse.

Ni varias líneas de cocaína producían tanta euforia en ella como el escenario y media hora antes estaba en uno. Llegó a la puerta de la callejuela empedrada buscándome y precisaba sin embargo voltear a los costados en procura de mayor emoción.
Trepa a mi bólido si te atreves, decía sin decir, atisbando los ofrecimientos de aventura en una fila de hombres al paso. La lisonjearon y a punto de marcharme con la cola entre las patas, me detuvo. Como a otras mujeres, sabiéndolo o no le vendía un exótico personaje y compró a ciegas
Su pequeño, hermoso cuerpo servía sólo para soporte de una encendida imaginación. Así mi boca, mis manos, mi sexo, no bastaban y tuve que introducirme en la fantasía de modo de cumplir el interminable apetito que desde muy temprano me cavó el miedo.
Diez minutos después yo era el experto y ella la párvula, al menos en los cursos de primaria. Los superiores, hasta el postgrado, estaban en su cabeza entorpeciendo el juego a ratos hasta la imposibilidad.
El doctorado cum laude lo recibió muchos años después en la procura del regreso al escenario. Cuando vino a mostrármelo, literalmente caí a sus pies a pesar de la conciencia de que con él ella tocaba el infierno.