lunes, 28 de junio de 2021

Mercedes

Cuánto no me autobiografío en estos cuadernos puede comprobarse por la ausencia de Mercedes. 

En su caso suena a mero olvido, debería entonces remediarlo y no puedo, pues necesariamente la exhibiría aunque nuestra historia sucedió a través de los ventanales. 

Para probarlo escribo algo y, sí, cualquier conocido la ubicaría. 

Quede solo su mención por nombre, borrando el malentendido que quizá produjo mi súbita marcha. 

Con nadie fui tan lejos en intenciones, al prepararnos un destino común cuando ella estaba a mitad de la vida y yo tenía cincuenta y pocos años.

Encontrará los motivos al ojear estas viñetas hechas durante mi vejez. 

Claro, muchas cosas habría cambiado permaneciendo con ella. Suficientes, tal vez, para transformar mi errática conducta. ¿Cómo saberlo al decidirme entonces? Me sentía sin derecho a arrastrarla a una aventura, así pareciera algo sensato dadas las condiciones al encontrarnos.

Se le recuerda siempre, mujer hecha y derecha desde muy joven, sin duda. Tanto, que intimidaba a los hombres a nuestro alrededor, quienes por ello quizá vieron a un yo cuya osadía rebasaba los cálculos. 

Paro. El Manu sigue porque vino de su mano, según merece y no pobremente interpretado.