viernes, 12 de mayo de 2017

Vela

La fecha aquí arriba dice 12 de mayo, 2017. Dos años y medio después mi altura descendió dos, tres, cuatro centímetros, no quiero saber.
Anoche vi a E, cuyo diagnóstico hace poco decía Posibilidades de vida, 27%. Sigue en pie, fuma como carretero y espera un hijo. Lleva bastón, su dieta incluye porciones como seis uvas o medio plátano, cierto, y sino fuera por F, la próxima madre, que tiene treinta y seis años y sobrevivió a un desplomarse en paracaídas, el ambiente alrededor sería tétrico.
Estaba con ellos S, el estupendo francés que escribe novelas nada desdeñables, y me pareció gigante. 
E no hace dramas. Yo, ya ven.
Estoy yéndome lentamente. ¿Cuando alcance cuál talla desapareceré? Tal vez termine enano y trabajaré en un circo, si acaso, claro, los muy evolucionados de hoy siguen contratando personajes curiosos a secas.
Odio pensarlo porque todavía espero a la mujer ideal que me anda los sueños y es mi Tic, a ochocientos kilómetros apenas, y nuestra revolución mundia...
yesenia 6 historietas lagrimas y risas vid l.2 retromex v¿Tiene atributos suficientes para merecer a este bombón?, preguntaré como en la FB cuenta de sesenta menos ocho, a quienes les evito mi Lágrimas y risas cuanto paseo por allí con fotos de este estilo, con leyenda:

Atásquense, que hay harto lodo, nenxs




















Al séptimo día, simbólicamente quizá, me despierta el clamor del gato callejero que ronda la privada. Es largo, doliente y reclama. Parece de un hijo al perder a la madre.
Marcha ese pequeño ser cuyo prodigio de ingeniería natural aprecio ahora gracias a Suertudo y me pregunto por qué viene a mi puerta y se atrevió a lo que pudo costarle la vida, pues nuestros vecinos desesperan con él.
Pienso entonces en mí como otro condenado a quien por ventura dieron techo, trabajo y amor.
¿Cuánto pierdo la razón durante el proceso, soltando aquí verdades que deliran? No te levantes, me digo, debes descansar, y no puedo quedarme en cama sin advertir antes al menos eso tan claro como los gritos del gato.
Olvido así principios que juré seguir en la convalescencia, fumo en ayunas y saco una foto para precisar el deterioro.
¿Ese soy yo, nietos, o pedí prestada la imagen?    
 
¿Fui hoy a su casa, S y E, como aseguro? ¿Hay una Atrevida?, ¿me consumo?, ¿quién aparece en mi foto de perfil?
Duden de cuanto afirmo, les previne desde el principio en nuestros cuadernos.
¿Me creerían si les digo que hace ocho meses no resido donde presumo?
Según yo en redes sociales este es mi gato.











Cuando él era bebé nos retraté.













 ¿De qué estamos hablando?
Por supuesto la Cenicienta tiene caireles y vive en Nueva York, ciudad que inventó un músico, digamos de paso -bueno, eso cuentan, debo advertir, pues por menos muchos están en prisión.
Algo hay que hacer con la vida, ni modo.

¿Cuándo empezó mi deterioro severo? Busco en la memoria y creo que coincidió con mi dudoso lugar en el mundo. Tal vez al dejar de verlos a ustedes, nietos. 
Todavía parezco físicamente bien en una foto donde están recién nacidos. Usaba la bicicleta como medio de transporte desde mis cincuenta y tres años. Bueno, a esa edad se sigue siendo joven en estos tiempos.
La dejé tras operarme, a los sesenta y cuatro. Un año antes fue mi matrimonio simbólico con la Niña y no salgo mal en las fotos ni recuerdo apenarme cuando me desnudaba.
¿Si? La cuestión más bien es que hace mucho, tal vez siempre, caigo y me levanto -por eso el título, uno entre varios similares: Equilibrista-. Hasta cierto momento mi regreso podía darse entre clamores, exagerando alguito. Luego se escuchaban aplausitos -"al compas de la orquesta", dice Zitarrosa sin venir a a cuento.
No hagan gran caso pues por equis y ye hace relativamente poco cantaron para mí el Himno a la alegría en un estadio -abultemos los hechos nuevamente; si me doy gratuitos palos, ¿por qué no guayabazos (vease el diccionario de mexicanismos)?
Lo más grave vino en estos últimos, pocos meses. Auténticamente como una vela siento consumirme. Me hice estudios y nada andaba mal según ellos, aunque, por supuesto, se advertía el cuidado que debía tener con los pulmones. 
Como muy mal, cada vez peor. El elixir mágico basta para la energia que algunos días permite hacer un esfuerzo físico antes inconcebible y otros da para ir por cigarros. Cuido mucho la piel y el cabello y así los espejos usuales son benevelos. Frente a los de cuerpo entero me rindo. 
Hoy ni la cara se salva eso prudente que necesito para animarme. En fin, a ratos sí.
Comeremos juntos hoy, E y S, en pago por la deuda por mi cumpleaños y a condición de que no llame, ya, por cierto, pues son 10:46, para cancelar.
Es domingo, y jueves y viernes participé  en eventos públicos sin apenarme. No hablaba Adonis, claro, y al sacarnos la foto acostumbrada pené imaginando el posible resultado. Vi una sola, donde soy hombre decente y enclenque.
Ayer fue día infernal.
¿Llamo entonces para avisar que no voy? Esperen, me reviso.
Hablo, salieron. De cualquier manera no iré. 
Si pudiera estar todos los días en casa. Imposible. 
Se terminó el gas, regalé la cafeterá eléctrica y así habrá que comprar un café cerca. Iré tratando de esconderme a las miradas. 
Intentaré rehacerme poco a poco, eso contado que puedo. Estoy acostumbrado a esfuerzos semejantes.
De cuando en cuando debo salir por mi benévolo trabajo. No sé cómo lo conseguiré. 
Ya ni ayudar a quienes quiero hacerlo para que el país... blablabla.           
El meollo es que no consigo vivir sin sexo, durante esta extraña adolescencia. 
No se lo pediré más a la Inesperada, por vergüenza, justamente, ni aprovecharé la magnánima oferta de mi nueva hija adoptiva, a quien por cierto le doy preocupaciones en lugar de servirle cómo esperábamos. J, la trabajadora sexual que reeditaría a Lucía, vino para probar si mi propuesta era juiciosa. Solo hubo palabras. Me merece más respeto que Natasha Kisnky, histórico sumún personal -aunque mi arquetipo es moreno, jeje- y no permitiría que pasara una dudosa experiencia.
Apenas ayer lograba escribir:
Aquí al lado di una absurda lucha por conservar la memoria de quien quise. Gano y me retiro. 
Voy cada vez más adonde debo, el país promete cumplirme los sueños y estoy agotado sin razón. 
Lo que ayer inmerecidamente proclamó su triunfo empieza a no tenerlo a ojos vista y pienso Me consumo como una vela
Setenta años bien pueden ser el principio de la vida. Yo cumplí cero, parece.
Jejeemos. En resumidas cuentas, esté quién esté, esa maravillosa luz seguirá cayendo sobre el patio.
Entonces ella, la que ilumina, reclama:
-Ni un batalla más perdida.
-Pero no te pongas así, que te afeas.
-Arría entonces, con una chingada.
Finísima persona salió nuestra dama.
Ni modo, habrá que seguirme aspirando así quede un cabito apenas.
Casualmente el Mr. suena en mi compu:
"Dime, ¿tengo que saber.
dime, dime antes de irme,
hace que la llama siga ardiendo?, ¿hace que el fuego brille todavía
o se ha extinguido y se derritió como la nieve?

Dime..."
-Qué jodón saliste.
-0-
Encuentro algo ideal para esta nota. La grabó para sí el Mr en un momento difícil. La versión en disco acompañó años durísimos para mí.
No sé hasta dónde llegue, nietos. Por voluntad no quedara.
El agotrometro explotó cuando hace un rato me lo puse.
No entendí porqué se quejaba el dueño de todo por aquí, Suertudo, alias Espartaco o Don Gato, y ahora voy al baño y obviamente entró otro miau y meó ahí. Cerré la puerta. Limpiará su abuela, no yo, hasta ¿cuándo regresará ese ánimo mínimo necesario para enojarse?
Cuenta mucho el absurdo pleito con la hija de Ana, que a pesar de los pesares resolvimos por correo. Es una buena, inteligente mujer y ambos nos excedimos por amor.
Llamo al Nuevo, S y E, pues a Él no lo encuentro, y no puedo evitar que me contagie su estupendo humor. Como camino al café encontré al joven gasero con quien tengo una cariñosa relación, llegaré bañado.
En el trabajo pido vacaciones y me las dan recomendando toda suerte de remedios. 
Este abuelo se siente mal porque quiere, según se ve.
-No me grites, Atrevida.
-Te metes a la regadera o te meto.
-Oye, no estaría mal un incestín, jeje.
-Ora pues, jajaja.
-¿Sí, me dance?, jeje. 
-Dame la mano. 
-0-
Regreso, cada vez están más guapos y simpáticos los cuatro, hago bromas, el taxista no cree la edad que tengo y sigo consumiéndome. 
¿Falta de sexo?  Qué bobo soy. Algo me carcome, resulta imposible contener la dosis de tabaco. Estoy sostenido al mundo por un cigarro.
La Atrevida salió, Dylan canta, como casi siempre, Eres cada vez más grande para mí, le digo y ni voltea esa noche de 1966 en el Royal Albert Hall. Ana está allí, no puedo bajar a buscarla, empezaron los bombardeos sobre Vietnam del Norte, María, Agustín y sus hermanos llegan al Santo Lugar y giro para contemplar el cielo por mi ventana. Las estrellas cuentan historias fantásticas, que apenas entiendo.
-Ya cumplí, ya cumplí, hace rato.
Ahora es la armónica del Mr. quien se molesta.
-Eres genial, te escucharán en 2017, juro -insisto para calmarla y su demanda no para.
Dany pide que la toque virtualmente, mandan mensajes prometiéndome apapachos... 
-Son todos tan amables... no encuentro palabras, de verdad. Es solo que me convertí en una vela. 
PD. Cosa muy buena esta.
Mi amor habla como el silencio,
sin ideal ni violencia,
no tiene que decir que es fiel,
sin embargo es sincera como el hielo, como el fuego,
la gente lleva rosas,
y hacen promesas en cada hora,
mi amor ríe como las flores
San Valentín no puede comprarla.

En los mercadillos y paradas de autobús,
la gente habla de situaciones,
leen libros y repiten citas,
dibujan conclusiones en la pared.
Algunos hablan del futuro
mi amor, ella habla suavemente,
sabe que no hay éxito comparable al fracaso,
y que el fracaso no es ningún éxito.
 

La capa y el puñal se mecen,
las damas encienden las velas,
en las ceremonias de los jinetes,
incluso el peón debe abrigar el rencor.
Estatuas echas de cerillos
se derrumban unas contra otras,
mi amor guiña un ojo, ella no se molesta,
ella sabe demasiado como para discutir o juzgar.

El puente tiembla a la medianoche,
el doctor del pueblo viaja
las sobrinas de los banqueros buscan la perfección
esperando todos los regalos que los sabios les llevan,
el viento aulla como un martillo
la noche sopla fría y lluviosa
mi amor es como algún cuervo
con una ala rota en mi ventana.

 Un simple giro del destino, se llama la canción. Muy adecuada, ¿no?
Lupita y sus amigos, ¿recuerdan ¿Una novela?, encontraron trabajo para mí, como les pedí hace tiempo. En el mes de vacaciones decidiré si acepto. Representa dejar la ciudad y así a familia, amigos, Suertudo, este departamento, mi adicción virtual.
A cambio estaría muy dentro del proceso en que el país se resuelve, según insisto.
Si recupero mínimamente la salud, no lo pensaré y entonces los cuadernos serán olvido. 
Partir, de eso se trata siempre, digo al principio, ¿no?
Es la mejor noticia que podía esperar y el pésimo día sobrellevando mis malestares sin origen preciso (aquí va una sonora carcajada) le quitan lo dulce.
A me acompañará, como en el delirio aquél, y B, moralmente adoptada por la Tic, no necesita más.
Dirán que cometo una nueva tontería y quienes más quiero sin duda me apoyan aunque no tengan noticia todavía, jeje. Para ellos estoy más allá de los juicios baratos, y acostumbrados a mis "repentinas" decisiones aceptarán aun que no les dé el adios formal.
Siempre en la azotea, fastasma entre los demás, cumplo vocacionalmente... si marcho, desde luego, pues no iré disminuido. 
Cada tanto borro mis publicaciones en la red social y cierro estos blogs. Eres más joven que muchos jóvenes, dice una nueva amiga, y otras, antiguas, parecen pensar lo mismo. ¿No ven el golpe de la edad, que multiplica mi crisis crónica y me vuelve un viejo cascarrabias?
Se hace jueves 18, no cobré la quincena, el calor es espantoso, trato de evitar salidas y entre Top Cat y yo quién sabe dónde quedó mi tarjeta bancaria, para que me depositen, y echó mano a un guardadito de monedas.
Por las madrugadas sigo mal recordando a Ana en letras. Cada vez estoy peor, dándole a la historia una coherencia que no tuvo. 
-0-
La vida es rara y esta noche me enamoro. No escogí una niña, se lo digo, sabe cómo reaccionar. Se llamará R, para nuestros efectos.
Doy pasitos más allá de mis fantasías y gracias a ella recupero la fuerza.
No tengo miedo a fantasear, queda claro en otras notas, y R está fuera de ese juego. Me basta escucharla desde su mayor intimidad.
Obró mágicamente y ya me siento bien, jeje.

Viernes
El necio yo continúa escuchando al tamborilero, aunque en la titilante mañana sepa adonde ir.
Hace unos quince años que no salgo de vacaciones. Imposible costearlas y el movimiento social crea vínculos para algo distinto a rascarse la panza en la alberca. Finalmente hijo de exilados y devueltos, no existe el paseo por donde tienen casa mis padres o abuelos y si lo hubiera, como en un momento antes, saldría carísimo. 
Cuando Él y el Nuevo no me necesitaron ya, busqué los caminos más afines para sobrevivir. Un tiempo fue en la ejemplar AC que trabajaba estrechamente con campesinos y luego para los sindicatos hechos uno en donde hallé a Filiberto, don Alfredo y demás. Rematé, hasta hoy, colaborando con un cuasi milagroso experimento político-cultural.
El trabajo independiente al que estaba acostumbrado se volvió delirio y si podía ser muy rentable debían dejarse las vísceras y yo, vacilante por naturaleza, estaba generalmente sub o sobrecapacitado. 
Hice cuentas y mi tiempo en playas había rebasado el promedio universal en 1957 y para 1970 solo los costeños acuiciosos me superaban. En cuanto a pueblear, si jamás cansa y seguiría siendo la mejor alternativa, no cuando se odian los autos y hay una guerra en curso en el país.
¿La nieve de guanaba con guayaba al descampado dos semanas atrás volviendo de una asamblea regional, cabe en el renglón vacaciones? 
Los mísmos cálculos númericos hago con Él, el Nuevo y ustedes, nietos. Nos vemos dos veces por año y como extra, pues les dediqué cuando menos diez veces más tiempo que el usual en un padre y abuelo modélico. O con los viajes al extranjero. La media para "bien nacidos" resultó historia tras conocer Fez, Argel y algo de Mauritania, porque nunca fui un turista o uno clásico, siquiera. Imaginariamente conozco al dedillo la Ruta de la Seda, cuando había tal, claro; Europa es pañuelo donde aventé harto moco, por cierto, en Merlines y cruzados tiempos, y el África negra no guarda secretos para mí todo a lo largo, cuando era como debía y mientras la hacían mierda.
-0-
Al atardecer y tras dejarlos a ustedes, un reto: seis cuadras y los posible gestos de Ahí va un cadáver. Antes y después, reír, hasta que otra vez... Claro, seguirán diciendo No aguanta nada, el buey.    
¿Cuándo?, le pregunto a la canción.
Ahora es madrugada y vengo al escuchar eso. La mayor parte del tiempo, sí, juro, la mayor y nada más. Ahora, por ejemplo, y un minuto atrás -digo porque el sonido pidió, y debería borrar pues nunca lo respeto (aunque, falta, y completamos la tontería).
Como dormí temprano me desperté programadamente, para continuar, y en la red social le hice al profundo: 
Tal vez aprendiste a escribir para esto, para ahora, dar cuenta -¿sobra ésa coma?- de la gran batalla, y vaya que lo es, suene como suene, personal y social -¿se perdió el sujeto?, llamen a cualquier menos a un policía, bueno, todavía peor si enteran a los milicos y así sigue el largo etcétera que te tiene aquí con ganas de entreguionar tu discurso todo, mandando a la mierda eso correcto y fuera, cuanto hicieron Santa Ambición y su socio Don Diario Asesinato del Deseo, cuestión intimísima, con responsable de nombre Pedro y María- y no me pidas ahora, Yo, regresar adonde estabas -en palabras, digo, aquí, 2:52 am -¿las horas son lugar?- dónde debe decirse, sabe quien lea y no se haga pato -sí, usted, X, Y y Z- cuanto andamos en combates a muerte, dos=uno.
¿Me mataras?, ¿daré cuenta de ti, por fin -que llevo la vida entera empleándome contra ti, pelagra, tifus, viruela negra, erisipela- (toma nuevamente, paréntesis esta vez, maldita), maldita- maldita.
Anda, ven, Macha, sujeto escandalosamente vil, al cara a cara, tú, calle arriba y nervios adentro, unx y no dos como dije -x, harta x, puto género, pueblo y poder -sí, también, no nos hagamos pendejos-, sociedad e individuo. Aquí, en "la última ola de la última marejada" -ay, don Aimé, sobra cuanto se escribió desde usted.
Quien entendió, bien, quien no, mándese mudar, diría mi consuegro.
Entrecomillado todo, escúchese al de la Martinica, padre palabra:
En la orilla del mundo estoy esperando
a los-viajeros-que-nunca-llegarán
denme la leche del infante el pan de lluvia las
harinas de la medianoche el baobab
mis manos se espinaron entre matorrales de astros
pero fueron curadas por la espuma
y desatadas por el tiempo
la imagen de la prisión y
la fulminante geometría trigonométrica
para mi sueño con manecillas de reloj retrasado
para mi rencor hundido por la carga
para mis gigantescos árboles de Tasmania
para mi fortaleza de Papúa
para mis auroras boreales mis hermanas
amantes...
 

Y después (puse, pues): Escribió su última palabra Aimé Césaire y borraron el alfabeto
Antes pedí disculpas a R por mi obvia trampa. Si le digo que estoy enamorándome platónicamente de ella, no puedo agregar luego El amor sin sexo no existe, jeje. 
Todo cuento a la Mal nombrada y a B, la Atrevida. Por supuesto Ana se entera y mi cabeza da vueltas pensando en la Inesperada. Era necesario que marchara, Tic.
Parezco girar en torno a mujeres. Bueno, hablo de amigas, esencialmente, las ame a lo romántico o no -¿por qué romántico quedó asociado a la pasión antes ¿cortés?  
5:09, tiempo de regresar a mi camita. ¿Tendré sueños plácidos? Un poco de porno previo, ¿no? -¿hubo porno, entonces?, jeje.
¡A dormir, J!
¿Otra vez despierta a esta hora, Atrevida?
Es vierneees
¿Y dónde fuiste, golfa?
Estuve con dieciséis
Y tu padre adoptivo muriendo
Mandate mudar, J, jajaja
¿Puedo seguir?

Es verdad creo que el sexo, su falta, obra en mis malestares, digo y recuerdo los índices de contaminación estos días. Ayer
"Afectan principalmente a ancianos, personas con problemas respiratorios..." ¿Dónde estábamos cuando empecé a sentirme mal hoy, nietos? Uf. Súmenle el espejo de cuerpo entero probándome la camisa.
En fin, lo que importaba eran Césaire y la música.
Anda, duerme
Sí, mamá. Te juro que la mayor parte del tiempo...
Yo sé
Un cuarto de hora sigo por ahí y como debe aprovecharse, un estadín feisbuquero: 
Con la novedad de que sigues vivo, carnal jjj Al que le quedan diez minutos es al régimen
"Must of the time..."
Sábado
Desatento, no llamé a Lupita y ella lo hace. Debo confirmarle. Iré, sí, le digo. Sintiéndome mal o bien, ahí estaré, en veintiséis días a partir de ahora. Para entonces se habrán precipitado las cosas en el país. 
Se termina mi exilir mágico y salgo por él a última hora. No entiendo qué hago en el camino y recuerdo cuántos durísimos periodos viví contra la pared de mí mismo o del mundo. 
Está cerrado donde voy y el regreso es bueno, me da fuerza. Cuán duro mundo, pensé en un momento, y no quise verlo así. Folosofías aparte, al llegar a casa soy otro hombre y siento profundo orgullo por el yo batallador. Échenme a quien quieran, pienso, Dylan incluido.
Entonces ofrezco a Marquitos ir a sus rudos, amados ranchos, y charlo con R, la invito a que vaya conmigo, dice Sí, prometo no saltarle encima y parece saberlo o no preocuparle. 
Enamorarse es fundamental. 
Estoy realmente ofendido con los jóvenes de ambos sexos que fueron mis hermanitos. Todo lo sabían, ni Dios había hecho tantos meritos para ganar el cielo y cuando ahora mendigan olvidan darse que cuenta de que los sembraron quienes apostaban por este modelo, pues así ya no fueron más pueblo sino orgullosas clases medias creadas en diez minutos exprofeso.
Ah, juvencentocracia, como la llamo Jeff de Ticolandia -usea, en todos lados se cuece esa haba-. Si pasas de equis  edad no conociste el amor libre y no sabes tener sexo, por ejemplo y entre otras mil cosas. Uno calla pensando en Ana, etcétera. A lo literal, pobrecillos. Para la música son sordos naturales y todos se creen artistas. 
Creyeron destinados a transformar al país y van en el furgón de cola. Nadie menor a treinta dirige una chingada y se debaten en un estercolero doctrinario que los peores tiempos envidiarían.
Jeje.

El amanecer del séptimo día lo registré al principio, donde comienza este diario breve, espero.
"Jeje", escribí para terminar mi día. ¿De qué me reía?, ¿como un loco?
Quiero correr a prevenirle a R. 
-Anda, mete algo sólido en la panza -pienso- y vuelve a sonreír. Y tú, Suertudo, explícame, si entiendes algo, claro.
¿Otra canción mientras el día se planta, gracia siempre aunque la contaminación este por matarnos a todos?
Hace tres o cuatro horas escuchaba al Dylan cristiano. Había cosas muy buenas, que desestimábamos y sin las cuales no puede explicarse su espléndida resurección -creo, pues en el diario a Ana advierto que no entiendo medianamente al Mr.
Caigo en cuenta que me atrajó una compuesta por alguien antes.
Es un gran rocanrolero de primera generación, negro al modo de casi todos, autor de otra muy celebrada canción que se repite hasta hoy por los más serios grupos (el gran padre Wllie Dixon la cantaba). Me llamó especialmente la instrumentación, de la guitarra en particular. Claro, era obra de un pequeño genio, informa el tumbaburros.
Juntos estaremos de pie
Dividido caeremos
Vamos ahora gente
Pongámonos en la pelota
Y trabajar juntos
Vamos vamos
Vamos a trabajar juntos
(Ahora ahora la gente...)
 

1962 
-Aprovecha para barrer, ¿no, yo?, que esto se está pasando. 

Domingo media tarde, al despertar
A veces la prudencia enferma y estar loco trae rachas de clarividencia. 
En no me acuerdo donde escribí mi pelea contra la locura cuando por primera vez fui expulsado del paraíso. Ni un tanque viniéndose encima -y habla la experiencia- produce tal terror. Así que no juego con el tema. 
¿Ese yo dejarás que te quiera, R? Que te quiera, pues a eso limitamos el compromiso, si bien anoche diste pasos progresivos.

Noche

Y yo qué culpa si me enamoré, y tú cual si parezco quinceañero con campanitas, publico por ahí. 
Después la foto: Del Suertu pal universo
11:17 pm. Se cumple un primer ciclo y no soy el último hombre sino el primero.
Sobreviviré al apocalípsis, parece. ¿Será entonces cuando todo comience en serio?
En la crónica y ¿Una novela? Le estoy agarrando la onda, ¿ves?
Neta eres la Atrevida. Finalmente habrá la Última gira.
¿Serio?
Oh, sí. 
¿Y cuándo empezamos?
Pregúntale a R. Suelta cada cosa, ella, la Nueva o la Final o como se nombre, sin miel, sencillas y directas, que ¡no!, cualquiera vive cien años más. Te comería a besos, le digo, temo pasarme y se apura a contestar: Me lo imaginé sentí padre y al mismo tiempo me dio escalofrío Jajaja
Están muy al principio
No me deje mientras le deje algo, agrega. Y se despide: Hasta el rato
Hasta ayer
Hasta hace 30 años
No, pues muertito de amor, yo

Madrugada
Mr. repitiéndome en todas las notas.
Empieza el segundo ciclo justo al polo contrario del primero.
Reviso las fotos de quien no tiene nombre todavía, pues no es fácil ponérsolo (¿Ojos?), y así llamada R.
Qué conmovedor -siento repetir interminablemente este adjetivo-. Sus años están allí. Se la amará sin importar cuánto dé.
No aviento una bravata, me conozco bien.  
Barro y trapeo un poco con ayuda -jeje- de Suertudo, hago mis ejercicios, Dylan suena y suena y al fin aparece la ventana. Llegué, Noche. Jamás fallo, dulcísima amante. Ahoras estás sobre el teclado y todo alrededor. Solo tú y yo nos sabemos... y el refri, que ronronea.

Lunes II
Dejaron de volverlo tan lugar común, señor.
Al despertar tardo casi una hora en meterme el primer cigarro. Cada vez un poco más torpes los sencillos ejercicios que hago son rutina antigua y dependen de la respiración. Tras muchos años sin atender a la calidad del aire, debo consultar otra vez cuánto mal lo hizo el Maldito local. Condición del aire: mala, contestan. 
-Gracias, hijo de la chingada. Bueno, falta nada para que con tus compadres des en prisión o te lapiden.
Vejez y palabras, pienso recordando después a una gran pareja francesa. No diré fueron mis mentores, sobre todo él, porque soy mexicano, criatura de la periferia, e indisciplinado. 
Peleaban entre sí y yo solía inclinarme por ella, más instintiva, con los pies sobre el suelo. 
Vejez y palabras. ¿Qué hay allí? Mientras, mi nariz escurre protectoramente, creo.  
-A por la segunda planca de torax -me digo. 
En el Apunte 3ero escribe Ña Simone: "He hablado hasta ahora de la vejez como si esta palabra abarcara una realidad bien definida. En verdad, cuando se trata de nuestra especie, nos es fácil delimitarla (...) Toda situación humana puede ser considerada como exterioridad –tal como se presenta a los demás- y como interioridad, en cuanto el sujeto la asume superándola." 

Anochecer
Si con ella no hago cuanto deseo en el mundo, es que estoy condenado a fracasar, me digo tras la charla de hoy.
Ojitos, vamos a ponerle y falta nada para subir una ilustrativa foto.
Ya que agarramos para ese lado, por algo la serenata es tan conocida
Rumbo a la tienda de medianoche, caminar como viejo. Qué bonito, qué digno. El Suertu no puede acompañarme, es un desmadre ese todavía niño. Tú sí vas, Ojitos, imaginariamente y no. 
-Mira, un tipo solo -dicen en la calle cuando me ven, o digo yo de otros, y siempre somos muchos caminando en uno.
J, no entiendo bien tus amores con la Ojitos.
Son platónicos, Atrevida. Nos vimos tres veces, quizá no volveremos a hacerlo. Enamorado del amor, dice de mí la Mal nombrada, ¿no?
¿Y lo otro?
Viene por donde viene, sabes bien.
Y a mí que me parta un rayo, ¿verdad?
Pérate tantito a qué madure el deseo incestuoso.
Jajaja.
Empieza el segundo ciclo de cuatro, como las estaciones. 
Pregunto cómo anda el aire en la ciudad, para mis fundamentalísimos ejercicios de respiración. A las 12:39 am, como dicen vaya a entenderse por qué: Mala
-Hacemos algo, Suertu... ¿Seguirla queriendo, jeje?
Eres un tramposo, B. A esa mujer te gustaría robártela
No solo de deseos cumplidos vivimos, ¿no? -aunque así se debiera-. Con que me acompañe tengo 
Nunca me gustaron las mascotas y ahora sé porqué muchos viejos terminan con gatos, así no conocieran a mi Espartaco, único en su especie.
Prometí hacernos entender fluidamente, usando el español o el gatuno -¿de dónde, Suertu, pues tus rasgos señalan orígenes más o menos precisos?-. Ahí la llevamos. Emplea varios tonos y fraseos y completa el esfuerzo con los ojos y gesticulando. 
3:48. No pierdas el tiempo, viaja, a Fez.
Era 1988 y al fin me decidí. Leía El médico de Córdoba para un largo trabajo buscando La invención de América en sus orígenes y aproveché mi visita a papá, mamá y Uno. Tras brincar el charco ancha era Castilla y fui casi directamente a la fantástica ciudad. Montado en historias "medievales" -el concepto aplica solo para la cristiandad occidental- como aquélla que relataba un novelista francés, me atreví a casi apenas ojear Tánger -sí que ese encuentro entre el Mediterráneo y el Atlántico era paseo estelar, al cual volvería- y busqué sin éxito ¡una caravana! -ese yo, jeje. 
-Si usted hace de camello -dijeron los consultados-, va. 
No tenía joroba entonces y tomé algo más excitante: un autobús marroquí.
-0-
Paré ahí no porque fuera madrugada. Pretendía un viaje que al recuerdo del real sumara el probable gracias a mis lecturas y mis sentidos al paso por esa cuna religiosa para el islam occidental, si tal existe. No, pues cómo, ni que pudiera clonarme.  

Martes II
-¿Cómo amaneció? -pregunta ella.
-Queriéndola -se le contesta.
Respondé bien bonito y no queda sino poner: Síguele así y ni a la chamba llegas, ¿eh?, Ojitos.
(Todo lo registro, ¿ves?, jeje.)
Dormí tarde, desperté más o menos temprano por una prolongada cohetería o algo así, que quise fueran disparos y entonces el inicio de lo esperado. Continuaban cuando busqué información en internet y entonces apareció R y nuestros díalogos. Falta registrar mi declaración pública: El himno a la alegría no lo compuso Beethoven sino yo orita
-Hace que esté alegre- dijo ella y luego: Olvidé los lentes.  
-Le compró unos y se los llevo -ofrecí medio en broma pero no alardeaba. -Déjeme ser leyenda -iba a agregar cuando su dicha me ganó la palabra.
De eso se trata, pensé atiendiendo mis cosas: amar en forma de felicidad.
No quiero enloquecernos más de lo que cada uno está por su parte, Ojitos -yo mucho peor, desde luego.
¿Inconscientemente tomo fuerza para ir por el resultado de la placa? No, de veras estoy volado por una mujer que hoy o hace cincuenta años produciría el mismo efecto. 
Tarde
R obra milagrosamente y en los pulmones no se ve nada mal.
A veces ciclos y estaciones no coinciden, parece. ¿En verdad pasé la prueba?
¿Cuál, B? ¿La de la enfermedad o la de ella?
Esa Atrevida siempre tan a tiempo. Las dos, creo.
¿Y mi entrañable melancolía?
Cambié de cuenta porque Las revoluciones no se hacen en las redes. ¿O tomaremos el #PalaciodeInviernoFB
Millenians, redes, 2012. Tuvieron que venir los movimientos populares al rescate
El movimiento magisterial-popular no se hizo arrobando jjjjjjjjjjj

Miércoles, amanecer
Como Famoso y Productivo, divido el día con tres periodos de sueño y despierto del tercero, corro a continuar Crónica y ¿Una novela? y desespero por mi inactividad, que en caso contrario no solucionaría mayor cosa el asunto, como aclaro allí.
Esta vez toca despertar zarandeado. El cigarro hace mella y produce una suerte de cruda. Lo otro importante, según insiste Ojitos, mi alimentación, anda bastante bien ahora. Me ejercito un poco más y sigo teniendo miedo al aire mierdero que hay y me impide aspirar-retener-soltar rítimica y profundamente, como desde hace mucho, para darle mantenimiento a los pulmones. 6:00: mala, informa el monitoreo.
Ella seguro está ya en pie, comenzando su larga, ardua jornada. Le dejo un beso animador. 
No busco competir contigo, confrontarte, engañarte, maltratarte, Ojitos, sabes ya en Dylan palabras.
Estoy de vacaciones y no, pues organicé una feria a telefonemas y demás y vienen siete pesados días aquí y allá.
Ora, R Magdalena:
   
Tarde y regreso
Cuando en septiembre iniciamos nuestra modesta campaña por los derechos laborales, un pilar era la AC de médicxs y enfermerxs que trabajan para el GDF.
Recién conocí al dirigente de la histórica huelga en ese sector -que acompañé marchando, por cierto, al volverme universitario en 1964-. 
Sé por ello detalladamente cómo los gobiernos patean hace mucho a la medicina social y el golpe de muerte que preparan, y mi propia experiencia al atenderme en hospitales nacionales lo comprueba. 
Hace diez años atrás usaba los servicios particulares que mi clase tenía por costumbre y por primera vez topé allí al "nuevo modelo económico". Por dignidad no levanté una demanda que se volvería penal. 
Así construí mi curioso estilo de paciente, incapaz hoy de decirme cómo ando, en verdad. 
Me concibo vela, otra vez, y a menos que viaje a Xalapa con mi eterno Doc, no habrá quien me diagnostique bien a bien. ¿O apelo a mis nuevas amistades?
¿Quién lo hará en lo demás, para aclararme, pongamos, si puedo tener amores con la Ojitos, como antes cuánto era justo pedirle a la Inesperada que me siguiera queriendo o aceptar el ofrecimiento de B? R cuida el tema por culpa mía, quien la pone en un predicamento.
El sábado con los nietos me referí a mi condición y respondieron Tienes un semblante mejor. ¿Desde cuándo, entonces, les parecía que el abuelo andaba mal, si apenas nos vemos?     

Noche
Que otra vez el Mr. hable por mí, jeje.
Llamo a Lúpita para pedirle una disculpa pues no iré. Setenta años resultan una babaridad para emprender aventuras como esa. Aunque muy desde luego morir importa, temo a otra cosa si marcho, o si quedo.
Tarde dos meses o diez años en agotarme, soy una vela, con cabito corto, añado, porque desaparecer físicamente un poco a cada momento es nuestra condición, a partir de los cuarenta, tengo entendido.
Dylan me enseñó a ser canción. ¿Que no puedo? Espera a que empiece a sonar, posteé (jjj a la N) hace dos horas. Seguro me refería a la que escuchamos, jeje: "Tocando a las puertas del cielo".
Del sentimiento trágico de la vida, escribió Unamuno.  

Madrugada
La debí llamar como esta canción
Cómo no estar enamorado, aunque sea cabito.
En la cosa muro-red:
Es que te pasas de la raya, Oclayos, alias Chinita. Yo qué culpa que seas así jjj
Y luego hasta río tenías. No, pues ya valió verga jjjjjjjj Y llueve en tu cuarto y te alimentas de recuerdos. Así ¿cómo?, mi alma jjjjj 
Y luego dices que no, pero ve esos ojos, desgraciada (jjj), ¿y yo qué culpa, no te hagas jjjjjj 
Y roncas osesnamente mientras yo acá, el alma abierta de par en par (aguas con el callejero, Suertudo, vaya y se meta), con la última aspiradita que le di a tu aliento (¡arroz!), ¿pa qué la jerga?, trapea conmigo jjjjjjj
Que ora me aguanto, dices, y yo, ira, ni las telarañas, tres persignadas se dan con mi corazón.
Si con estas no me mandas a la verde, neta si nos casamos el viernes, como fue el pacto. Claro, cabrona, no dijiste de qué semana o qué año.
Así el columpio emocional, jeje. Eros y tanatos, dicen los léidos. 

Jueves
 Robándosela a la Inesper.
Quedan dos semanas y media de vacaciones pero tantito hay que talonearle, o más o menos muchito en los próximos días.
Ya mandé a la chingada una cuenta feisosa, hace años lo hice con otras dos, sin cerrar ninguna, y volviendo, ora sí en onda rewind, me hace tanto daño el asunto como la fumadera, y como con esa mamada sí puedo, de tener tele ahí la ven, en palabras que no inventó el payasito de la telera -memoria cortita en paisilandia-. No me merecen.
-Échale cuentas, valedor -me digo pensando en las tareas del día, que para mí son hartas manque sea una. 
Ya de entrada babalú ver los espacios destinado a la feria polita, pues a las tres quedé con una nueva amiga, y lo recoger el libro que presentaré en dos día está en veremos, y no es cualquier baba de perico la cuestión presentosa, porque la hago muy de tarde en tardísimo y ora se trata de un carnal, de uno famososisimo y con quizá su mejor obra. 
Ya ven, nietos, que hoy agarré tono Mero, muy buenísimo para mí, y sino pregúntenle a la nota de la Mal nombrada, muy vista por estos lares -Laderos parecía necesitarse poner ahí, y muy al contrario, chafearía el asunto. 
Tiempo del pleno orgullo como viejo, incluido mi aspecto. 
¿Aceptarás que vuelva, Inesperada?
Sí, B. Eso me dijo.
Gracias, Atre. ¿Haces mi cama?, de pasada.
Todo lo que el señor diga.   
Ahora a ver con Marquitos cómo hacemos para que mi viaje a sus tierras valga realmente la pena. 
(Se recuerda que B tiene acceso a este blog, para escribir en él.) 

Noche
Ya no sé qué escribo dónde, ni cuándo debo ir a la cama. Muero de sueño y vengo aquí, ¿me acostaré en el blog? 

Madrugada
Tal vez la Chinita desapareció. Si es así, de todas formas ahí que seguir, pensé y en realidad me iba a suicidar. Entonces aparece: Porqué no sé duerme conmigo. Óyese todavía el ¡Plum! del desmayado.
Hoy alguien que me conocía solo virtualemente pareció asombrarse al vernos. Nada que ver con el abatido que muestran las fotos, dijo.
Levantó mucho el ánimo, desde luego, y coincidía conmigo. En caso de ser aquél, R, no intentaría enamorarte siquiera platónicamente.
Para entonces había pedido nuestro rencuentro a la Inesperada. Ya no le pesaré. Seremos el viejo amor y la amistad que perdura. 

Sábado
    Lo pasa la señito
El viernes fue día de subeybajas que ni en la primera fería internacional de París, cosa 1900, y el sábado lo remataría. 

Domingo
No hubo tiempo de venir aquí hasta estas 5:30 am.
El viernes por la mañana tuve motivos para creer que habían matado a Suertudo. Una vecina representación de la clase media aspiracional más humilde dijo en secreto a otros que pondría veneno para gatos, y por primera vez mi Espartaco desapareció veinticuatro horas -doce habrían sido ya una barbaridad-. ¿Pantagruel no venía por el alimento que solo aquí encontraría -otros vecinos lo mal acostumbraban dándole croquetas y algo mas-?
Hasta cuatro años de prisión dan en nuestra progresista ciudad -a continuacuón sabría cuanto siguió avanzando a pesar de los pesares una política de izquierda que se inauguró hace veinte años- y, sin referirme a alguien particularmente, desde el patio se lo hice saber a la privada.  
No hacía caso a una tercera socia de este digno lugar, que aseguraba que el minimo dio paseos lejos y en ese momento pretendía a su comadre del edificio a la vista desde la azotea.
Allí estaba, en efecto, don Juan Precoz, según comprobré luego. Mientras el alboroto tenía la virtud de aclarar cuán virtuosos son los gatos para nosotros y cuanto mentía la arpía acusando al mío de mear y cagar en su puerta.
Inicié enseguida con la susodicha una de esas rencillas que al más puro estilo tradicional rematará en balacera dentro de dos, tres, cinco generaciones.
Triunfando por todo lo alto y orgulloso de mi felino aventurero, sintiéndome Han Solo mezclado con Luke Skywalker me dirigí adonde coronaría el día con una charla cuya estatura solo se equipararía a la arenga del Che Guevara para bajar de Santa Clara, y apenas nuestro apolcalíptico sol topó conmigo, casi di en el suelo.
Como no hay mal que por bien no venga, tuve así una mejor indicación de lo que tal vez viene golpeando esta magra humanidad y por respiración boca a boca la hermanita Dany consiguió llevarme al lugar previsto.
De noche el accidente me hizo tener un encuentro sexual que en su asombrosa esplendidez redimió mi larga abstinencia. 
-Lejos de estar muerto, puedo ser mejor amante que nunca -pensé. 
El sábado escalé la preclaridad en público y confirmé también el probable origen de mis malestares, tras un nuevo evento.
De noche la Chinita me dejó asomarme un poco más dentro de ella y encontré grandes misterios que su música indica.      


-Vámonos al "Sur, geografía profunda" -le dije en público, y en privado preparabs con Marquitos el camino.
-Va -contestó.
Hoy me dejó acompañarla mientras se vestía, porque es una adicta al trabajo, según yo, y pobre, de acuerdo a ella. 
He aquí el colmo de la esquizofrenia doctrinaria, que mi antigua hija putativa me colocó en el muro (de las lamentaciones, a lo literal).
Como no soy ni el Solo ni el Che ni Ceratti, debo aceptar ahora: la antes Ojitos ni me acompañará al Sur ni aguantará mucho tiempo mis pretensiones, y quizá moriré pronto por lodo biliar formando piedras donde se le antoje, pues besícula no hay ya.
En lo que quede dediquémonos a cumplir la vocación de puente para mi abuelo, quien verá caer a los Malditos. ¿Verdad, Espartaco?, que posiblemente en las andanzas te contagiaste, pues estornudas y estornudas y tienes poco ánimo -eso sí, lo tragón no se te quita. 
Bien dije: un viejo con un gato, gran clásico. 
En todo caso regreso a la música que entiendo, sin más misterios que sí misma.
Al sexo, por su puesto, seguiré siempre fiel, mientras generosamente se me dé. 

Tarde
En el parque, donde los subeybajas todavía, la Chinita se sienta frente a mí y ¡Fium!, salgo volando y no porque su peso sea cosa mayor.
Chale, mujer, cada vez estoy peor. Ya hasta le fui a dejar el desayuno a casa la mierda, que por allí trabajó hoy. Fue virtual pero para otra vez se lo doy en su boquita. 
Le toca una de estas, ¿no? ¿O ya me la empezó a cantar?
Las grandes historias como esa que se cuenta ahí, necesitan tiempo para madurar. No se mide en años el asunto, ¿cuánto tardaremos tú y yo, chica misterio?
Déjame sufrir por adelantado, ¿sí?, cuando me das la mañana que no tienes y yo vivo pendiente del ¡Bing! viniendo de un messenger. 
Anda, empecemos a sufrir juntos, a reunir herrumbre, para luego, hoy, mañana y pasado, tener diamantes. 
¿Y si digo que voy a robarte aunque no quieras y te dejarás?
Tardo en volverme canción. Contigo me tomó diez minutos. Ora, hágase nota, Chinita, y no letree pretextos, jeje.  
-0-
Nosotros si Don´t give up y así no vayamos a ningún lado porque quizá me quiebre otra vez la enfermedad -y solo ese el impedimento, que al Alonso Quijano versión mex 2017 no lo detendrá algo más- llegamos adonde se puede declarar: somos la demostración de que en amores no hay cotos, ¿verdad, adicta? 
-0-
La música la pasó ella.
Chinita, te advertí que no pelaras del todo este diario, pues me sirve también como diván. 
Acabo de decirte -y lo vas a leer en media hora, jeje- que si creyera que algo iba a pasarme, ni lo intento contigo.
Todo aguanto, Ojitos, desde hace mucho, y no bromeo y pruebo que está va a ser la mejor etapa. (Salen lagrimitas cuando atiendo esa letra. Tampoco yo buscaba. Parece tonto aclararlo por mi edad y ya se vio: setenta años son nada -a lo tango, jeje.) 
Imposible calcular cuántos de los más de setenta tengo para darte. Sale sobrando pues calidad y cantidad son y no sinónimos. 
Treinta meses di a los nietos, sus primeros, y bastan para la vida entera de los tres. Cualquiera se da cuenta al vernos.
Prometo lo que ya cumplo: cada minuto irá para ti.
Te robo al músico a quien nunca estimo bien.
Si un día me voy de ti será solo por estar seguro de no hacerte bien. 

3er. miércoles
Hoy me doy muchísimo asco. Lo aparentemente ganado en una semana, se vuelve de revés al descubirme otra vez como farsa.  

Jueves 
Ahí está lo que escribí ayer. Hoy salgo con esto:
Sabe de dónde saliste cuándo, y entonces si te invento, perteneces a mis quince años o al jueves primero de junio, 2017, desde luego, o llegarás mañana.
El caso es que pone "lo adoro" y yo rapidito meto:
"Lugar común", dices y cuando estoy contestando medio molesto, agregas "pero me gusta, jaja".
En verdad, menudo cretino. Sobreviví y bastante más, gracias a mí y los otros, y estando a días de lo que creo el inicio general vuelvo a las pavadas, diría un argentino -¿su má, nietos?, ¿Moni FB o Raúl novelista? 
El diario a la Chinita puede completar este si soporta una somera prueba. Quede o no, resgistra lo que aquí se suspendió, lo obvio ahora y concluyé en ese último par de apuntes aquí arriba.
Debía transladar mi residencia unos días y por meter la pata improvisaré.
Desde el lunes tenemos charlas en equis lugar público. Dos han sido particularmente buenas y se relacionan con lo que tendría que seguir haciendo en Cronica o ¿Una novela? 
¿Cómo combinaré mi nueva tarea y el próximo viaje al "Sur, geografía profunda"? Son la misma cosa, podría pensarse.
Paso un momento de lucidez en materias distintas a la amorosa. Me sorprende.  

Sábado
Algo más inició en la última semana: el vínculo sexual con una mujer madura. Y así otro mito se vino abajo: menopausia y falta de lubricación son sinónimos. Fuente, llamo a esa nueva, entrañable amiga. Quien lea Ana primera entenderá cuánto conozco de la esta vez real leyenda oculta.
Semana intensa también rumbo a lo que quiero creer principio por fin, compartiendo la fe con muchos y muchos, digo recuperando ambos géneros seperadamente, pues aparecen cada vez más casos de abuso en medios universitarios, próximos a mí ahora.    
Para efectos de Vela, ayer exprimí a una inteligentísima joven médica, tras las charlas que organizamos. Sé ya hacia dónde mirar en el consumirse que quizá es natural. Envejecer tiene muchas etapas, deduje con mis hijos, hoy sostén emocional maduro.
En todo caso, las tres semanas que cubre el diario crean inmejorables condiciones para nuestra gran tarea.
La música viene de un lado distinto, ¿verdad, Tú?
El tiempo, he ahí el secreto, dices, y empiezas epilogando. 
Yo, simplón, inútilmente, pues ya quedamos, fluyes sin pausa:
Generosa, respondes:
Sí hasta aquí llegué
Entonces
Y yo quedo sin palabras, claro.     

Lunes que ya no es
Fueron tres semanas de vacaciones y no cuatro. Parece que sirvieron y me repuse. En el camino encontré a una mujer y finalizan cuando nuestro país empieza a resolverse.
Tengo un lugar preciso y envejeceré tan bien como decida, aprendí. 
No sé si queda dicho cuánto Él y el Nuevo dan apoyo maduro.
El Mr. no deja que ponga aquí lo que escucho. Sí, ahí está, como siempre, en un sillón mirándome con aire ido, también como siempre. 
-Hazle así -dice cada vez más tratando de ayudar a mis cuadernos. 
-Ya lo caído, caído, Don, ni modo, y lo otro, pues no hago discos, así se va. 

Madrugada de miércoles
Ahora en los cuadernos no importa dónde vaya qué y los diarios como este tienen virtudes, así que sigo, no importa si tal y cual cosa ordenan escribir en otro lado.
Llega uno eufórico a su casa porque es como un AA. Viví, un día a la vez, puse en la red social. Ese tipo de frases ocurrentes algo dicen a veces -sin coma, sí.
Hoy empieza el conteo de votos en que a punta de ¿acláreme usted cómo piensa llevar la cosa, AMLO? debería limpiarse el inevitable cochinero. A eso apostó uno y los electores saliendo en masa dieron el aval para el No más a toda costa. 
-Vayamos por la vía pacífica -dice el Señor de los Cielos, quien verdaderamente tiene la onza para cambiar, pues nadie más puede en esos terrenos.
-¿Cuánto, con exactitud? -le pregunto sin que escuche, desde luego. -¿Continuarás guillando el ojo hacía arriba del pueblo? Espero entiendas te juegas todo.