martes, 30 de enero de 2018

Monelles, Princesas, Ellas...(3)

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Recuerdo a Ana, hablo con la Inesperada, escribo sobre Ella, la Princesita, T, el albafeto que falta, Mía y cuantas mi vejez encontró bajo sábanas, y no sé si soy Monelle, ya vieron, pues hasta eso sale sobrando si juntos todos -género manda, cúlpesa a la RAE y el maldito patricarcado- reuníamos soledades y nada más, como almas necesariamente carenciadas. 
¿Quién, siempre de dos en dos, demandará al otro respectivo por buscar calor y hallarlo o no? Hasta sobran las gracias por lo recibido. Estábamos ahí, refugiándonos contra el diario holocausto. Nos reunimos un momento, sin entender, sin preguntar siquiera, por nuestra contraparte. Bastaba con la personal angustia.
La Niña, por ejemplo, quiso enamorarse como loca del primer imposible al paso, olvidando al Viejo que le creyó una delirante promesa tras otra. ¿Pobre él y pobre ella? Sí, desde nuestras cunas. 
Exceptuó a esas natural born killers llamadas Princesas.
Hace mucho el Mr. mayor cantó:
Sin falta Ait´n me y Aquí estoy Sad eyed lady, Johanna o Maggie, a quien debe abandonarse saltando por la ventana.