jueves, 10 de agosto de 2017

Curriculum

Este es el cuaderno donde da lo que no tiene cabida en otros, S y E. 
Puse un resumen curricular de los acostumbrados para solicitar trabajo. Intentaba guiarlos, usando por primera vez fechas y nombres, y comprobé cúan poco sirve la memoria formal o cantaleta, como nos propuse llamarla. Tiempo de caminar se refiere al asunto. 
¿Qué será del departamento en sí y en mí, cuando mañana Él y yo lo dejemos?, preguntaba allí, a los treinta y dos años. Decía también: el dibujo de una ciudad pasada e idealmente recompuesta, cuya esencia trasegada por lugares, cosas y atmósferas imprecisos traía Ella. O: no había una posible ciudad única, sino un eterno temblor construido por millones de ojos y memorias
La cuestión me obsesionaba. ¿Cómo se recuerda? Veía un momento cualquiera entrar por los sentidos para rozarse con millones anteriores y posteriores que lo transformarían, aguardando su convocatoria, si la hubiera, claro, pues bien podían "olvidarlo", así, entre comillas, o no tener más necesidad de él, refugiado quién sabe dónde mientras forzosamente trabajaba.
Más bien debo hacerles un curriculum de los cuadernos, no menos vago que el que presume certeza al presentarlo a un factible patrón, quien se lo pasará a su experto en descubrir adulteraciones.
-Primer día.
-Cuna en tiempo impreciso.
-Un metro de alto.
-Ocho años... 
¡Menudo hueco, durante el periodo fundamental! Mejor olvídemoslo, nietos.     
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Ya dije que no soy un historiador, que la historia me toma de la mano. Al mismo tiempo nada resulta para mí tan emocionante como investigar. El proceso útimo, a veces largo, produce auténticos orgasmos, relacionando hechos para por fuerza descubrir nuevos y dar mazazos a una perspectiva tras otra, y hasta los legajos penales pueden resultarme apasionantes.
Trabajo con compulsión, las horas se convierten en minutos y persiguen un fin mensurable, que debe materializarse para volver después sobre él, siempre que haya modo pues no vivimos de aire, cobro por obra determinada, e incluso sino, al conocimiento debe dársele un efecto social, pequeño o grande, eso lo deciden los demás, si bien con frecuencia tengo que guardármelo entero y siempre en su mayor parte.
¿A qué viene este discurso? ¿Porque hablamos del currículum? Más bien estoy invitándolos a que investiguen, Ohsis. Esa ciudad en los cuadernos, por ejemplo. 
La llamo "nuestra", así es y podría sintetizar su pasado y presente. No tendría caso. ¿Resumir mil años de una urbe como pocas, donde hoy cabemos veintitrés millones de personas? Alguna vez monumental para su época, se hizo relativamente pequeña y volvió a agigantarse. Mientras yo crecía nos multiplicamos diez tantos. Tal fenómeno no tiene precedentes y no volverá a producirse. A ratos doy guías. ¿Les servirán para imaginarlo siquiera
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De algo servirá el currículum cuadernoso. Al menos para apreciar los vacíos:
-Pelota rebotando y paseos en bicicleta.
-Quince años.
-Resto de la adolescencia. 
-Los profusos veinte exactos.
-Filiberto y el Santo Lugar.
-Tiempo de caminar.
-Paraíso entrevisto.
-Largo suspenso hasta la última función.
Seguro no me contratan en Autiobiografías Int., gracias al cielo.
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Otros cuadernos tienen cierto orden o van encontrándolo. Creo que este será un batidillo, luego de robarle para otros cuanto se pueda. ¿O no?
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Antes venía a esta cadena de supermercados, hoy entro accidentalmente y mesuro al fin mi desvarío.
Los estantes parecen sacados de Las mil y una noches por su rica, colorida variedad. El orbe entero está aquí en productos que satisfacerían al más fino paladar, o casi, pues sé cuánto demanda éste y faltan tales y cuales para la canasta básica.
Acabo de cobrar mi quincena y no podré darme una apetitosa cena como las acostumbradas diez años atrás, pues no sobraría siquiera para cigarros. 
-Qué bajo has caído -grita todo alrededor. 
Bueno, al menos no estoy en una novela de caballería, como don Alonso, sino en la mera mata, de donde el Amadis y demás mal plagiaron sus historias.
Ínsulas por doquier en la delirante fantasía Viejo Mundo, ¿cúales nos tocan, Mr. Swift? 
Vivo fuera de la realidad, confirmo entre los pasillos por donde paseo inútilmente el carrito. Esa mía inventada me conducirá mañana miércoles a ciudades y pueblos que no vieron jamás cuanto me asombra ahora.  
¿Qué este cuaderno será mera batahola? Quién sabe, nietos. En una de esas con él nos ganamos el Nobel.
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Las islas en el imaginario del Viejo Mundo antiguo, "medieval", "renacentista", y después Gulliver. 
"Cuentan que el día en que a Simbad el marino se lo llevó la muerte, el mar se volvió negro de tristeza (...) Para entonces la historia de aquel viejo mercader ya era bien conocida (...) y corría de pueblo en pueblo. Todas las noches al salir la luna, los beduinos se la contaban al amor de sus hogueras, y cada vez que pensaban en Simbad creían oír el rumor de las olas en medio del desierto."