jueves, 12 de noviembre de 2015

Hospital General

Así se llama donde cuidan de mí cada que necesito. Todo es maravilla en el lugar, sin faltar su nombre, romanticismo puro.
Más horas de las obligadas hasta para una simple consulta, paso entre pabellones, jardines y colas que a ratos hago sin motivo.
Las mujeres y hombres en sus desvelos e ilusiones por allí son antiguas enseñanzas renovadas. Con sus semejantes aprendí desde muy pronto cuanto le dio sentido a mi historia.
Vaya dulzuras, risas, emociones, durante la larga semana en cama esperando una operación con que tramposamente, creo ahora, me le volví irrenunciable.
El gran teatro del mundo, dicen quienes no conocen la hectárea que sublima a una humanidad relatada en otras partes de la más soez manera.